miércoles, 31 de mayo de 2017

CONTAGIO POR ELLA

FanZineros.
Gracias por sostener la vitalidad, el entusiasmo, la genialidad y el ingenio de ser diferentes y hacer un hueco en el espacio de vuestras vidas personales y profesionales. Un hueco necesario que sirve para recrear opiniones, visiones y construir un pensamiento único entre todos, una forma de ver y posicionarse diferente a lo establecido y a lo abigarrado. Un acto trascendental y necesario que invita a mantenerse firme en la transgresión, en la dinámica de cambio, en la de la desobediencia, esa que no es tal, si no simple inconformismo de inquietas voluntades que no reparan en imposibles. Gracias por dinamizar un espacio necesario donde seamos receptores de un entorno contraproducente para el progreso y la innovación y así mismo seamos emisores de una composición posible que requiere cambio necesario y movimiento imperativo.
En especial a Iñaki, @goroji por sacudirme e inspirarme de nuevo, él ya sabe, la actitud de vez en cuando necesita de un “refresh” para oxigenar y “embellecer” el sentimiento contracorriente, esa sensación de ser extraña en un ambiente húmedo y mohoso.  
Un sentimiento que por una parte te arenga y te oxigena salvando momentos de ahogo y presión. Son momentos universales, repartidos por todo el ambiente, por toda la organización, son momentos de letargo y apatía, de anemia, de abulia y sin razón. Son universales porque afectan a todos pero no son percibidos o sentidos en la medida necesaria. Uno puede sentir que tiene fiebre con  37,5ºC o a partir de 39ºC.
En cualquiera de los casos y por si alguien pensara que estoy delirando por alguna extraña infección, simplemente descarto la posibilidad de volverme al adocenamiento consentido y permitido, al de la regresión, al “del montón”, de “pila de” y al de la mediocridad bien entendida si es que pudiera ser así. Aludo a la mediocridad sin ánimo de insulto, que es como se suele manejar, si no como sinónimo de mediano, común, regular, gris, anodino..., en definitiva quería decir “contraexcelente”. Y es que queridos amigos del FanZine y lectores del mismo, así como subrogados, nunca oí tantas veces, en tantas voces, como este último año escolar, mediocridad. Y ello me alarga y me perturba, porque amiga de lo excelente, sobretodo del camino que conduce a ELLA, esa que nunca llega porque siempre en su afán de mejorar te obliga y doblega a renovar e implementar con entusiasmo para ser y hacer mejor, es la que oigo en mi contexto supra, la que trabajamos, la que nos guía e inspira, la que resume y traza, la que no te distrae. La que sabe lo que es mejor para tus propósitos, la que aúna a los buenos, a los malos y a los mediocres para la transformación, la transgresión y la no aceptación de vías alternativas ni individuales. La del todo suma si se comparte, la de visión global y compartida, la de todos con una y una responsabilidad para cada uno. La otra, esa otra forma de hacer las cosas, la que escapa de aranceles y boicots, de protagonismos y nutridos oportunos. Ella la Excelencia, no en sí misma, sino su camino.           



domingo, 14 de mayo de 2017

DARLE LA VUELTA AL MUNDO




Que encontrada esta profesión nuestra, recién celebrado el Día de la Enfermería, he sentido sentimientos opuestos. No soy de grandes celebraciones ni propias, ni personales, ni manifestaciones artificiales de Semana Grande, pero sí de disfrutar momentos enriquecedores, mágicos, espontáneos, colectivos e íntimos.  
Comenzaban unos colegas comentando que a ellos no les había felicitado nadie, en una institución u organización se suele estilar felicitar de manera generalizada bien a través de una nota corporativa, una invitación o celebración ad hoc, etc…
Otros comenzamos con mensajes positivos en las redes sociales, entre un mar de sketches, gifs, infografías, canciones, dedicatorias más sencillas, reconocimientos FF y otros hashtags. Por cierto, en esta menestra surgió una ola, que ya en otro momento se dio en llamar #HealthyGIF, de bailes asincrónicos con mayor o menor ritmo y con ímprobo éxito en clases de la tan seguida modalidad “zumbera”. Este movimiento no vino a más que su propia intención, amenizar el día con sentido del humor desde otra perspectiva que la habitual. Al fin y al cabo, si somos los profesionales que más empatizamos, los que aportamos en el día a día esa conexión con el paciente adulto, mayor, joven o en edad infantil con ciencia, evidencia y buen humor… ¿por qué no mostrarlo?.
Otros además decidimos sumar haciendo reflexiones sobre la conveniencia o no de celebraciones involutivas, prefiriendo obviamente, la celebración como homenaje recordatorio a una profesión que evoluciona adelantándose a los requerimientos sociales y que se posiciona firme delante de los desatinos y ante las imposiciones que nos desestructuran.
Decidimos reflexionar al ritmo de Ring-ding-ding-ding-dingeringeding! Sobre una profesión que sirve, y no servil, una profesión que evidencia e investiga y no de obediencia descabal y desleal, de un histórico de aceite y melaza, a un futuro prometedor desde el presente enfocado.
Pero hete aquí, que surgió el debate entre intervenciones en muros y demás paneles efímeros,  con apuestas de las unas y las otras, posicionamientos de los unos y los otros, y luego elenco de rendidos, desilusionados, arribistas, centrados, convencidos…y poseedores de verdades personales y percepciones manifiestas. Y es cierto que es debate y puesta en común, y de hecho y de paso sirve para pulsar el estado anímico, actitudinal y también el tan denostado y regresivo principio de “mi verdad es la verdad”. Una especie de alegato en conjunto a la adaptación sin remedio en unos casos, de proyección a través de grietas insalvables en otros y también, cobardes intromisiones propias de ofendiditos. Una discusión de un análisis aún incipiente pues en ningún caso llegamos a la segunda parte de las reflexiones previas, priorización, movimiento, planificación, despliegue…
Por ello propongo paréntesis y celebrar el Día de las Enfermeras con un análisis situacional del momento y una recopilación de necesidades y prioridades para transmitir competentemente y llevar a cabo en las negociaciones con la profesión. Lo que somos, lo somos, con mayor atino o desatino, lo que pretendemos también, pero lo que no queremos, debemos tenerlo presente y previsto para no permitir que nos conviertan en peones de un tablero de ajedrez.


Al fin y al cabo para poder emprender en algún sentido todo aquello que anunciamos pero no queremos, hay que poner música, porque para tener algo…no basta con desearlo con todas tus fuerzas hay que quererlo… y querer, lleva implícito un primer movimiento, que hay que sostener con el siguiente.


lunes, 1 de mayo de 2017

CULPABLE



Una primavera más, donde todo parece igual… pero se agradece la llegada. Los días son más largos y la luz del sol más brillante.
Ayer Menchu me contaba lo preocupada que está porque su Vicente no se cuida, ha estado ingresado recientemente y aún no se ha recuperado.
-Está muy débil, respira como puede, tiene que hacer bien los inhaladores, como le dice la señorita, ya sale a pasear, muy poco, pero no hace caso de nada. Ha cogido frio y se ha vuelto a poner malo, se paró en la calle a charlar y…cogió frío.
Él, Vicente, replica que le cansa que le repita y le diga una vez y otra lo que tiene que hacer. Si, se paró a saludar a unos amigos que le llamaron y en la calle hacía viento frío.
–Pues hay que resguardarse, desde entonces estás con flemas otra vez, y no hay forma señorita, de que se cuide, y yo estoy todo el día cuidándole para que no se enfríe, para que esté todo limpio por si el polvo le hace daño, no voy ni a la playa, ni salgo con amigas, siempre con él desde que está enfermo. Yo trabajaba y le cuidaba y ahora que me he jubilado sigo cuidándole pero…no hace caso. Se enfada… y me insulta, si…jum…no vea…- y asiente varias veces con la cabeza, como quien muestra confesión de pecado. El permanece impasible mirando hacia abajo y arriba, como distraído y se pasa la mano por la barbilla.  -Ella es la que se tiene que cuidar, no se cuida nada, no hace caso a nada, ha estado “mala” y no ha ido al médico, no ha dejado a la hija ni a mí, llamar para pedir cita.- Replicó Vicente.

Virginia es una mujer entusiasta, feliz con aquello poco que puede tener y lo transmite. Detrás hay una mujer coraje, afectada “por el bronquio”, como ella dice, y aunque ahora está mejor, es una incumplidora, en términos de adhesión terapéutica, deliberada e inconsciente. Un síndrome de solapamiento, la tiene atrapada entre inhaladores. Fue fumadora –hace ya dos años que no fumo- y sonríe orgullosa, pero cambia el semblante cuando responde al preguntarle si su marido fuma… -mucho, no para, está agobiado y enfadado, gruñe, no reconozco a mi marido, con lo que era… y me afecta… ha estado en el paro mucho tiempo, volvió a trabajar pero ahora está otra vez-.  Virginia es de esas mujeres vivarachas, sonrientes, capaz de hacer sorteo entre dificultades y de repartir un cuarto entre diez a partes iguales maneja varios dispositivos pero no se administra todos, - …te voy a decir una cosa, bueno si, a ti te lo puedo decir…- y busca mi aprobación, -en mi casa, estamos todos de los bronquios.
Ella que es lista como si la vida le hubiera dado razones, identifica claramente su disnea si le “pega la fatiga”, y sabe qué inhalar si la fatiga aprieta, si es matinal o de esfuerzo y economiza con algún dispositivo… porque es el mismo que toma su hija… y ahí me hace un guiño con un gesto cómplice buscando aprobación…y de nuevo como si de confesión de pecado se tratara. Seguro que le afecta el humo y...el humor.

-Buenos días-,
-Buenos días Santiago, qué te pasa, te veo apurado…te he visto nervioso cuando he salido.
-…estoy mal, no sé cómo decirlo…
-Prueba, no tengas miedo, no pasará nada.
-He recaído, he vuelto a fumar, no tengo perdón, te he fallado, no tengo excusas, no sé qué me va a pasar, tengo revisión en cardiología, quieren ponerme un aparato en el corazón, pero mal estoy muy mal. Salgo a dar un paseo y entro a tomar un café porque tengo mucho tiempo libre y claro…un café y…fumo.
-…
-…
-Lo sé, no puedo, no debo… no sé cómo voy a hacer, me tengo que ir a algún sitio, no sé, solo, dónde no haya nadie, fuera de aquí, hasta que se me pase, no se…
Y me mira...me observa, como si de confesión de pecado se tratara.     

Pacientes que requieren acompañamiento terapéutico, alfabetización, educación en su proceso de enfermedad crónica, apoyo terapéutico, terapia conductual, deconstrucción de creencias… y confianza, mucha confianza, para establecer el vínculo de la relación terapéutica necesario. Esa relación de ayuda, de negociación intersubjetiva en la que a través del discurso establecemos y construimos el binomio salud-enfermedad. Un proceso en el que el método contempla la transmisión de los significados entre personas y grupos, conscientes del potencial de curación de esta relación terapéutica.
En la comunicación terapéutica el paciente es el protagonista, el que habla, y el profesional el que escucha y lo acompaña en su proceso de elaboración. Para ello, requiere habilidades y conocimientos pues se trata de favorecer su autonomía, intentando que alcance el mayor bienestar. Se trata de una relación vivificante cuando el profesional conoce sus posibilidades y es capaz de poner en movimiento el potencial y recursos que tiene el paciente o la comunidad para hacer frente a su situación, fomentar la autoeficacia sin dependencias, en una relación de apego y transmisión que es buena también para el profesional, pues facilita el crecimiento personal y laboral. 
 ¿realmente nos podemos desligar de una intervención paralela, reflexiva y necesaria dirigida al logro  que nuestros pacientes han de alcanzar? O esperaremos a la siguiente primavera…

A veces creo que la primavera es una estación intermedia para avivar, desempolvar y desapelmazar los lastres del largo invierno, como si de vieja lana se tratasen.