jueves, 20 de abril de 2023

Gracias, en el adiós.

 

Gracias, en el adiós.                                              Santander, 18 de abril 2023

Aún seguimos bajo el impacto del sobre golpe inesperado por el fallecimiento de Fernando, marido, padre, amigo, cómplice, mentor...Todavía nos estamos reconstruyendo desde el dolor e intentamos, paso a paso, crear una rutina diferente. Pero, no obstante, querría agradecer a todos los que nos han acompañado en estos días.

No podría continuar en el consiguiente duelo, y anhelado sosiego, si tras estos primeros, y dolorosos días, no hiciera referencia o expresara mi gratitud a todos los que nos habéis hecho sentir acompañados y orgullosos de la huella que nos dejó Fernando. Tanto a nivel personal, como profesional, han sido tantas las numerosas muestras de cariño y afecto, las de respeto, consideración y reconocimiento profesional que sentimos que tenemos que expresar, no solo el agradecimiento, sino la conmoción por todo lo que hemos recibido desde el día del fallecimiento.

Por todo ello quiero agradecer en primer lugar a nuestro querido amigo Tomás Cobo que, desde el seno de la Organización de Colegios de Médicos, nos dedicó unas sinceras palabras tras recibir el impacto del acontecimiento y después tuvo la generosidad de escribir un sentido obituario.

A sus compañeros médicos. A los que han transitado caminos compartidos desde los inicios como estudiante de medicina, de especialidad. Aquellos con los que compartió inquietudes, posicionamientos profesionales y su lucha inagotable por defender su visión. Esa visión integradora de la Atención Primaria como eje principal para la atención sanitaria. A aquellos que lo admiraron con respeto y orgullo. A los que entendieron su compromiso, visión y comportamiento fiel a sus principios.   

A sus compañeros, amigos, colegas, que de manera presencial y a través de Redes Sociales nos han arropado, volcándose con nosotros y, mostrando los valores que Fernando encarnaba en el crecimiento y desarrollo de su especialidad y en su ejercicio profesional así como en la vida misma. Una medicina volcada en la atención y el cuidado de las personas, no solo desde la perspectiva estricta de la salud. Con ello se ha demostrado que la medicina en Cantabria, y a nivel nacional, tiene otra cara. Una cara que representa la entrega y dedicación impagable de la Medicina Familiar y Comunitaria, y la respuesta especializada del entorno hospitalario.

Gracias a los compañeros del Hospital Sierrallana, a los equipos multidisciplinares, de Cardiología y Cardiovascular, por el despliegue organizativo y esfuerzo inconmensurable. No puedo hacer otra cosa más que dar las gracias a la Comunidad Médica por todo ello.

Gracias a las enfermeras que compartieron trabajo en equipo y me hicieron llegar su respeto. A los administrativos y celadores. A nuestros maravillosos amigos, vecinos y comerciantes de nuestras calles. Y por último, un enorme y sentido agradecimiento a todos los pacientes que nos han hecho llegar su dolor por la pérdida “de su médico”.

“A mi querido médico Dr, Alonso,

Escríbeme un poema me dijiste.

¿Acaso curar y aliviar nuestros males

Como tú lo haces, no es el poema más hermoso?”

                                                         Balendiñe Albizu, Zumaia 15 agosto 1993






martes, 18 de octubre de 2022

Octubre. Rosa imborrable.

Fue en octubre de 1983 en Texas, cuando se celebró la primera “Carrera para la Cura”, en apoyo y ayuda a las mujeres que sufrían cáncer y… para recordarles que no estaban solas. A partir de ahí se han ido sucediendo distintos encuentros y carreras por la curación y la vida en otras partes del mundo. En 1985 se celebró por primera vez en Estados Unidos el Mes de Sensibilización como respuesta a un movimiento social intenso de los 70 que dinamizaba programas de concienciación y animaba sobre la autoexploración y la detección precoz, y el 19 de octubre de 1988 tuvo lugar el primer Día Internacional del Cáncer de Mama. El objetivo era despertar conciencia y sensibilidad sobre esta enfermedad y su impacto en las mujeres, familias y comunidad, un reto que arrastró consigo un movimiento científico importante como consecuencia finalmente de la implicación de numerosos países que destinaron más recursos a la investigación y el tratamiento produciéndose importantes avances, en la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de mama.

Esta campaña y la puesta en marcha de políticas, programas y ayudas ha propiciado hasta nuestros días avances y estudios que han favorecido nuevos y mejores métodos de diagnóstico clínico, de visualización de imagen, de tratamientos y opciones quirúrgicas, nuevos fármacos y terapias y, protocolos de medicina personalizados que nos ha permitido vivir y contemplar nuevas oportunidades de vida, como mujeres, para las familias y en las comunidades, una sociedad más libre de cáncer y de más años de vida. 

En España, el cáncer de mama es el tipo de tumor más frecuente en mujeres, un 30% frente a un 1% en varones. Según datos del ECIS (Sistema Europeo de Información del Cáncer) en el año 2020, fueron diagnosticados 34.088 casos nuevos que sumados a los ya diagnosticados cifraban 516.827 casos de enfermedad en ese año. Los datos recogidos por la Sociedad Española de Oncología Médica para este año 2022 sobre incidencia, mortalidad, supervivencia y prevalencia de cáncer en España estima que los casos nuevos estarán en torno a los 34.750; 132 casos por cada 100.000 habitantes y concretando aún más, 1 de cada 8 mujeres entre 35 y 88 años tendrá cáncer de mama a lo largo de su vida.

La nota rosa, en este 19 de octubre, Día Internacional de lucha contra el Cáncer de Mama  es que la supervivencia para pacientes con cáncer de mama se ha incrementado gracias a la detección precoz, a los programas de cribado poblacionales, a la educación sanitaria a través de campañas e intervenciones directas, a la sensibilidad profesional sanitaria y social, a la investigación, a la inversión y las políticas de mantenimiento de la prevención y que este ascenso probablemente se verá incrementado, aún más, a medida que se producen avances en investigación sobre el origen, causas o factores de riesgo, y sobre nuevos tratamientos, cada vez más precisos y personalizados.

Es este Mes de Sensibilización rosa, cuando de alguna manera, se renueva el compromiso de toda la sociedad y sus agentes en la lucha contra esta enfermedad al insistir en la importancia de la investigación para seguir avanzando en diagnóstico y tratamiento, y en la educación sanitaria frente al diagnóstico precoz de la enfermedad.

Sin embargo, el trance del cáncer de mama, es vivir una enfermedad a menudo con máscara, con connotaciones y estigmas, con representaciones sociales, laborales y personales, con lo afectivo y lo sexual. Un largo camino ante la desestabilización del proyecto de vida, del desequilibrio entre expectativas y sus relaciones y sobre los muros y fronteras que se alzan en el recorrido y en cada ámbito. Un largo camino sensitivo, sensorial y emocional frente a la introspección personal, la agresividad de algunos tratamientos, el debate interno con la supervivencia, y el doblegamiento de la voluntad, ante el futuro y el entorno.

En una apuesta, aún más rosa, y aunque enfrentarse a la enfermedad en el momento actual no es lo mismo que hace diez, ni veinte años, las aspiraciones frente a la enfermedad no han de quedarse solo en la mejora de las cifras de supervivencia, si no que han de extenderse hacia algo más esencial dentro de la vida, y con mucho sentido en el vivir cada día, mejorar la calidad de vida de las mujeres que consiguen superar la enfermedad y, atender sus secuelas.

Nada de todo esto sería posible sin el protagonismo de la mujer, participando desde la promoción y prevención de la salud, de su propia salud, desde la enfermedad colaborando y permitiéndonos mejorar la atención terapéutica y asistencial, desde la implicación en los avances sobre nuevos estudios y terapias y sobre las lecciones de vida y contexto personal que conlleva esta enfermedad. Alargar la vida es un auténtico logro, aportar calidad de vida… es un valor añadido que daría amplio sentido a muchas vidas. Secuelas imborrables.







viernes, 26 de agosto de 2022

Punto de ebullición

Tras la pandemia Covid-19 podemos afirmar que nuestro país ha vivido una devastación singular y sin precedentes en el marco de una crisis sanitaria consolidada desde hace ya décadas. La evolución del gasto sanitario respecto al PIB, los continuos reajustes, la escasa inversión, los limitados avances en la evaluación de eficiencia operativa en la gestión de organizaciones, los programas y políticas públicas, y el nulo o insuficiente recambio y dimensionamiento de plantillas, son algunos factores convergentes, fundamentalmente caso de las enfermeras por su impacto en la salud y en el funcionamiento de las organizaciones. El “shock” inicial y, las críticas y posteriores olas han sido amortiguadas desde el inicio por los profesionales cuyo compromiso y dedicación permitió adaptar espacios especializados y formas de asistir, además de incorporar avances e innovación en la práctica clínica. Justamente las enfermeras son altamente consideradas por su capacidad para la organización, gestión y administración de espacios, recursos y profesionales.

La pandemia COVID ha embestido de manera inesperada a un sistema sanitario crítico, herido y decadente en su morfología y estructura. Un sistema que sin haber asumido los cambios necesarios, ni siquiera la “voluntad” para modular e implantar modelos y propuestas, se ha visto sometido a un sobresfuerzo y estrés casi al borde del colapso. De hecho desde el punto de vista económico y frente al gasto sobreañadido y su extensión en el tiempo, las Comunidades Autónomas han hecho un esfuerzo inversor no previsto respecto a su PIB, siendo reforzado también por fondos específicos, como el extraordinario Fondo COVID-19. Es cierto que estos dos últimos años hemos asistido a cambios significativos en el desarrollo y la innovación tecnológica como respuesta a la pandemia que han facilitado el control y gestión de la misma,  pero ninguno como reacción al análisis y consideración de factores causales como los movimientos demográficos, los patrones epidemiológicos, la propia cultura y comportamiento poblacional respecto a la salud, la coordinación sociosanitaria, la conectividad entre las áreas asistenciales o el necesario replanteamiento sobre Salud Pública. Sobre formas de gestión y evaluación de resultados acordes al momento y contexto, o sobre demandas y necesidades poblacionales, o sobre aquellos dirigidos a enfrentar las actuales incertidumbres…tampoco ha habido planteamientos serios para asegurar una modernización coherente y sostenible.

Todas estas cuestiones tan “vitales” para garantizar un sistema preparado y consistente ante futuras amenazas vienen siendo relegadas inexplicablemente, aunque cuentan con un denominador común: la toma de decisiones caracterizada por “visiones” cortoplacistas y de baja implicación. Los recursos y presupuestos escasos y ajustados, el impacto en la aceleración tecnológica y la necesidad de digitalizar procesos son factores de presión al alza que restan prioridad a la necesidad de contar además, con políticas de planificación y desarrollo profesional en nuestro sistema. La puesta en marcha de un plan específico de recursos humanos para mejorar la estabilidad y el nivel retributivo, la mejora de los atractivos para la cobertura de puestos de difícil ocupación y la necesidad de actualizar el sistema de contratación de personal sanitario, eliminando la temporalidad y precariedad, requieren un abordaje integral desde hace décadas, y esta desidia está causando verdaderos estragos en la fuerza laboral sanitaria; el déficit y abandono de profesionales o cambio de preferencias sobre las necesidades reales va a ser un gap difícil de reparar a corto plazo. El sistema a través de sus decisores, solo está siendo reactivo y aunque se vienen ofreciendo “buenos resultados” con un nivel relativamente bajo de inversiones es igualmente cierto que, gracias a los profesionales implicados, el esfuerzo del día a día y, por un sistema público de calidad.

Cumplidos más de dos años de pandemia y sin entrar ya en enfoques epidemiológicos, análisis de prevalencias, curvas, olas, cifras de mortalidad… pero si, teniendo en cuenta el impacto en la salud, en nuestra población, nuestras comunidades y, tomando referencias sobre el impacto socioeconómico y la acentuación de la desigualdad y los determinantes, el futuro exige medidas no demorables. Redirigir el rumbo de nuestro sistema y la política de los recursos y dotación, son cuestiones imperativas. Las consecuencias de los problemas estructurales que arrastra el sistema en general y por comunidades, son debilidades que apunta tanto a la inversión en infraestructuras y tecnologías, como a la política de los imprescindibles recursos humanos.

Es por ello que, las deficiencias de personal, las políticas de contratación, las condiciones laborales y de entorno, están íntimamente ligadas con la economía pero también, con la salud de las poblaciones. Compromete por tanto a gestores y políticos tomar decisiones de amplio enfoque, mejor informadas, basadas en datos, resultados, en evidencia científica y sobre necesidades para la población. De lo contrario, si los formuladores de políticas implementan constantes reducciones generales en el gasto, corren el riesgo de causar más daño que bien y en ese caso, el futuro, aún podría ser más incierto y precario.   

                                                                  


domingo, 29 de mayo de 2022

La víctima siempre es inocente.

 

Hace unos días en un diario de gran difusión en el Principado de Asturias, y noveno de información en el país, se publicaba el artículo “Una sofisticada campaña de desprestigio” firmado por Pilar Rubiera. La periodista desmenuza de manera sintética el caso del reconocido científico Carlos López-Otín y devuelve a la ciudadanía el derecho a la información, “Los ciudadanos tienen derecho a saber la verdad de un acoso cruel contra López-Otín que todavía no ha cesado.” Ciertamente, la prensa tiene como objetivo informar y los periodistas transmitir con justicia, objetividad y honestidad, tres factores que deben incluirse en cada historia o noticia contada.

Para los profanos en el ámbito de la Investigación en Salud, Bioquímica o Biología Molecular, Carlos López Otín, natural de Huesca y ovetense de adopción, es el científico más destacado de Asturias, catedrático de la Universidad de Oviedo y uno de los más citados del mundo en su campo de investigación. Sus más de cuatrocientos artículos científicos sobre descubrimientos acerca del cáncer, enfermedades hereditarias y envejecimiento le avalan como referente científico mundial. Este hecho ya fue vaticinado por Severo Ochoa, Nobel de Fisiología y Medicina (1959) quien le auguró hace más de treinta años un futuro prolífico de descubrimientos y beneficios para la universidad que le acogía en aquel momento, para la sociedad, y en definitiva para la humanidad. Y así ha sido, el gran impacto que sus investigaciones han generado en el análisis de los secretos moleculares descifrando genomas del cáncer, enfermedades hereditarias, y envejecimiento, ha supuesto grandes avances científicos, “hoy es más fácil sobrevivir al cáncer que sucumbir ante él”, admitiendo también que ante el aumento de esperanza de vida, “lo milagroso es no tener cáncer”.

Una brillantez personal y profesional dedicada a la investigación desde una mirada muy humana y vocación social, sin embargo el bagaje y prestigio adquirido ha supuesto en su entorno laboral, un hándicap difícil de gestionar para quienes aspiraban a reconocimientos académicos y científicos, una guerra de competitividad, egos y reputaciones profesionales. López Otín fue sometido a una, ahora inmerecida e injusta, campaña de descrédito respecto a algunas de sus investigaciones, una estrategia de “acoso personal y profesional” para desprestigiar su reconocida carrera científica a nivel mundial y sumado a un mediático y asfixiante bochorno que le condujo a una crisis existencial profunda, por la que llegó incluso, a pensar en el suicidio…

Varios investigadores le han pedido perdón públicamente, incluidos quienes desde las redes sociales a través de un blog científico de crítica sobre artículos, amplificaron los cuestionamientos sobre sus trabajos, dando pie a semejante escarnio.

El profesor Otín decidió encarar esta situación finalmente ante una circunstancia concreta tras años de acoso crónico, asunto que según los observadores fue tratado con diligencia y con ello algunas infracciones detectadas consideradas prescritas. El caso, que sigo desde hace un tiempo, ha generado mucha exposición pública, permitiendo especulaciones, prejuicios, dudas y descrédito, algo terriblemente difícil de recomponer. Finalmente, alejado de la actividad científica volvió hace unos tres años con una trilogía escrita narrando su experiencia y sabiduría e impulsado por esta terrible experiencia, un propósito vital sobre la búsqueda de la felicidad y con la que invita a todos a ser felices, tras haber conseguido sobrevivir.

Siempre es la misma historia, distintos contextos, pero mismos elementos, una víctima brillante y/o vulnerable en un algún campo o esfera personal y un perpetrador o varios, que suman adeptos “tejiendo” y contaminando. Estos últimos, generalmente suelen ser personas incompetentes gestionando la envidia compulsiva, incapaces de reconocer y aceptar sus imperfecciones, y por supuesto, desconociendo la capacidad de admirar a los demás. Suelen vivir enmascarados en su entorno con “imagen” de normalidad, protegidos por su posición y muy volcados en un único fin, hacer daño al prójimo sin tener en cuenta principios y valores, ni por supuesto, las consecuencias.

El acoso laboral es una lacra para aquellas instituciones, organizaciones y empresas que sostienen mecanismos y sistemas de disposiciones y estructuras duraderas, “de una manera de ser”, de una tendencia, una propensión, adquiridos de manera colectiva y acorde a un sistema de relaciones y posiciones, lo que hemos dado en determinar, “habitus colectivo” con manifestaciones individuales, dentro de un “hábitat” de especies disfuncionales que recriminalizan y revictimizan al acosado reiteradamente, especies que ostentan el poder formal, informal o simplemente ejecutores. El instigador no siempre es el hostigador.

Un asunto complejo y cotidiano, demasiado…, ¿quién no ha sufrido acoso en mayor o menor medida en propia carne o cerca, un tiempo…o media vida?

Según los expertos, una experiencia de acoso sostenido en el tiempo, deja los mismos síntomas que dejan una violación o un conflicto armado, y es que además de incumplimiento en materia de prevención sobre riesgos laborales, hay otro hecho importante, las entidades pierden…dinero, a los mejores trabajadores y, la oportunidad de ser excelentes.



 

lunes, 3 de enero de 2022

El tabaco es la primera causa de muerte prevenible en el mundo.

 

El tabaquismo es uno de los grandes problemas mundiales de salud pública. Tanto la exposición como el consumo de tabaco tienen graves consecuencias sobre la salud individual como desencadenante de patologías y muerte prematura. En líneas generales podemos decir que daña todo el cuerpo y resta unos 10 años de vida al fumador habitual.

El tabaquismo en cualquiera de sus formas activo o pasivo afecta no solo a la salud de las personas, su economía, su bienestar, sus relaciones sociales y su entorno ambiental, también, se ve afectado. De manera más global, y por incidir en el impacto del consumo, algunas de las repercusiones alcanzan de manera estratificada, no solo a la salud, también, al plano económico, social, sin olvidar el daño al medio ambiente y la inversión en medidas para la recuperación. Este análisis de impacto ha de comenzar a considerarse de manera global con abordajes integradores y a través de políticas multifocales; el impacto y la repercusión en las poblaciones, las economías, la supervivencia, y la contaminación ambiental puede ser determinante en el futuro según las estrategias y actuaciones, comprendan dicho análisis.

Desde un punto de vista económico, el impacto es considerado desde distintas ópticas. El consumo impacta en la economía personal y/o familiar por el gasto fijo, pero también hay que considerar que la pérdida en salud a consecuencia de las enfermedades que produce el tabaquismo, la pérdida de calidad de vida, el cómo impacta en el entorno familiar o apoyo social, y la muerte prematura, afectan también a nivel poblacional y la economía de los países. La pérdida de productividad, el sobrecoste en el mantenimiento de la calidad de vida, el derivado de la atención en comorbilidad crónica, el cuidado, la asistencia socio-sanitaria y todos sus procesos genera un sobrecosto cifrado en más de 7.700 millones de euros.

En el mismo contexto, las enfermedades mentales y trastornos psíquicos estrechamente relacionadas con el tabaco, suman al impacto social que este ocasiona, no solo como factor predisponente o desencadenante de la conducta tabáquica, sino que también, la adicción nicotínica es causa de ciertos trastornos psiquiátricos. Se ha demostrado que la nicotina interacciona en mecanismos neurobiológicos determinando la mayor o menor adicción, actuando también como paliativo sintomático en la adicción y otros procesos como ansiedad y depresión. El estigma, la exclusión social, el deterioro cognitivo e invalidez de este tipo de enfermedades son clave para determinar también, el impacto social. Así mismo, las nuevas conductas y formas de consumo, además de la imagen asociada como consecuencia de la implementación de las políticas restrictivas, son factores determinantes en el plano social.

Los problemas de salud y psicosociales de la población vienen determinados por las distintas políticas establecidas en cada país. El diseño y aplicación del conjunto de políticas económicas, sociales y sanitarias, determinan o limitan la distribución y alcance de los recursos, afectando y condicionando el acceso a los servicios, generando desigualdades y, por tanto, afectando a la salud de la población.

La prevalencia del consumo de tabaco está relacionada con las desigualdades presentes, en entornos sociales concretos, la calidad de vida, el estado de salud, la discapacidad, la edad, el género, etc.… Todas estas variables influyen sobre otros determinantes, como son los psicosociales y finalmente entre ellas se retroalimentan. En definitiva, el consumo de tabaco puede describirse como el resultado de la suma de interferencias, condicionantes o determinantes individuales, socioeconómicos y culturales, y su consumo y adicción como un agente que genera o contribuye a aumentar las desigualdades sociales. Efectivamente, fumar también afecta y contribuye a las desigualdades en salud, y la reducción de éstas, sigue siendo un objetivo clave de las políticas públicas mundiales y locales.

Inicialmente, las estrategias de reducción de riesgos se plantearon en el ámbito de la práctica clínica, como una medida para reducir las enfermedades asociadas al consumo de cigarrillos o como un paso intermedio para lograr la abstinencia definitiva. Más tarde el primer tratado internacional en la historia de la Salud Pública, el Convenio Marco para el Control del Tabaco diseñó un marco sólido para que los países orientaran sus esfuerzos por controlar su consumo, especialmente en relación con los impuestos sobre sus productos, la protección contra la exposición involuntaria al humo de tabaco, la puesta en práctica de medidas enérgicas contra el contrabando y la prohibición de ventas a menores. Se espera que el CMCT continúe y en el futuro se avance con la negociación de protocolos que contengan obligaciones sustantivas detalladas en áreas específicas.

En España, la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo que regula la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco, y su posterior modificación, Ley 42/2010 han propiciado un importante avance en las políticas de control del tabaco, ostentando buenas posiciones en el ránking de países que mejor han implementado las políticas y medidas de control.

Sin embargo, aún se necesitan esfuerzos en el desarrollo e implementación de medidas de control avaladas por evidencia y recomendaciones, y suplir, la aún, indiferencia o permisividad, por la concienciación amplificada a todos los sectores políticos, sectores de la población e incluso a los profesionales sanitarios para que mantengan el compromiso con el control y la prevención, de manera constante y homogénea.

Este marco previo sobre aspectos socioeconómicos y otros determinantes, si bien ya ha sido identificado, no ha marcado aún de manera definitiva estrategias o políticas comunes entre los distintos sectores, y mucho menos contempladas como activadoras de planes específicos para el control de la prevalencia y prevención del tabaquismo desde el plano de las desigualdades. Por ello, se hace necesario trabajar en la identificación de características de los distintos grupos sociales, diferencias, entorno, condiciones, comportamiento y evolución. Desde esa perspectiva, introducir factores de corrección que garanticen la equidad en aspectos como la atención y accesibilidad generaría políticas, estrategias y programas más justos y efectivos, no solo para el control de la prevalencia, también para la mejora de las medidas de prevención.

La 22ª Convocatoria Nacional de Proyectos de Investigación Enfermería organizada por el Instituto de Investigación Marqués de Valdecilla (IDIVAL) y en colaboración con Fundación Caja Cantabria otorgó el “Mejor Proyecto a desarrollar en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla” al proyecto “Identificación y análisis de factores determinantes sociales y económicos en consumo y cesación de tabaco en población derivada a una Unidad especializada de Deshabituación Tabáquica (UDESTA), Servicio Cántabro de Salud”.

El objetivo de este estudio explora la población derivada a una unidad especializada a través de criterios específicos de derivación como son, personas fumadoras que ya han realizado varios intentos para dejar de fumar, aquellos que presenten comorbilidad psiquiátrica, personas fumadoras con patologías con alto riesgo vital, mujeres fumadoras en situación de embarazo o lactancia y también profesionales sanitarios. Este perfil poblacional será estudiado para analizar si existen diferencias de carácter social, económico y cultural significativas, la relación entre ellas, así como el comportamiento en el proceso de la cesación o recaída tras el tratamiento intensivo para lograr la cesación.

Zulema Gancedo, Máster en Tabaquismo. Subdirección de Cuidados, Servicio Cántabro de Salud.


 
                                                                                                                                                                                          

lunes, 1 de noviembre de 2021

De la crítica constructiva a la crítica como estigma (o la estigmatización como excusa)

Si bien el valor nominal está tergiversado, una crítica o juicio puede ser el resultado analítico de algo concreto, o generalizado, desde el conocimiento, experiencia y sentido común; o la murmuración e insidia sobre, persona o circunstancia, en no pocas ocasiones sin fundamento, o poca base de sustentación.

Hemos deformado el significado del concepto creyendo que el significante puede manipular la realidad y obtener transformaciones “útiles”. ¿Cómo?, dando excesivo valor a las dicotomías entre ser constructiva o destructiva, y positivo o negativo, oscilando su "peso” según convenga e influyendo con ello en el contexto que se requiera. Todos conocemos circunstancias en las que basta decir que alguien ha emitido un juicio o “crítica”, para que el “oyente”, en lugar de pensar que puede haber un buen análisis y aportación al respecto, se anticipe mostrando prejuicios, desagrado y adoptando una actitud defensiva, además de cierta fijación que irá componiendo poco a poco… lo demás, viene solo.

Aclaremos que, entre expertos, cuando hacemos un análisis de situación, de contexto, de elementos, entornos de crisis, planes, estrategias o implantaciones…, estamos desmenuzando las partes de un todo, lo relacionamos con otros elementos, incluso comparamos para alcanzar conclusiones y mejoras. Es decir, al realizar una crítica, estamos analizando procesos, un suceso o cadena de varios, o simplemente una situación particular y concreta. El fin es construir intervenciones adecuadas, los “qué”, para dar respuestas organizadas y planificadas que nos permitan cumplir objetivos y posteriormente la evaluación lo demuestre. Así trabajamos quienes actuamos comprometidos con el sistema, las organizaciones y concretamente en salud, detectando y analizando problemas, ofreciendo potenciales mejoras, y claro, críticos con el sistema para mejorar las deficiencias, esa es la cuestión de ser “crítica”.

En efecto, hace ya algún tiempo tras diseñar un proyecto de abordaje integral para la mejora de la salud en pacientes y de continuidad entre niveles asistenciales, tuve grandes dificultades (obviaré “graves”) y de distinta índole para implantarlo. Hubo conversaciones aplazadas y otras inútiles, en ellas se forzaban respuestas imprecisas y encubiertas, como las de un niño intentando confesar la autoría de un roto, «…bueno, se te percibe como una persona “crítica” con muchos aspectos de este sistema y nos hemos encontrado con “ciertas dificultades”…para intentar sacar este proyecto».

Como este tipo de situaciones suelen ir acompañadas de cierto grado de hostilidad en el contexto, actitudes arrogantes y mantenidas en el tiempo, ya se “intuye” qué se pretendía decir al responder con significantes inapropiados, evitar precisar sobre algo de mayor alcance que no se puede o quiere mencionar. Finalmente, eso solo sería la punta de un iceberg que guardaba un proceso encubierto de desacreditación profesional, de compromiso con la salud, con la organización y la gestión sanitaria (no quiero utilizar la palabra que describiría esa situación).

Bajo esas circunstancias y el “tejido informal” sustentando argucias bien hiladas, la seguridad y la interrelación profesional están quebradas, aun anteponiendo, la propia trayectoria, el compromiso profesional y el alcance e impacto en proyectos organizativos y asistenciales previos (demostrable). Así, en este punto, para una “supervivencia” menos compleja, “callar” y resistir es de obligado cumplimiento… siguiendo el consejo de algunos “silentes” del propio ámbito.

En las organizaciones sanitarias no siempre prevalecen criterios justos y de “interés general” para la puesta en marcha de procesos, ni siendo éstos prioritarios en salud. Por experticia afirmo, que debiera atenderse la validez y viabilidad de proyectos sostenidos en evidencia científica con soporte bibliográfico, teniendo en cuenta la especialización de promotores al respecto, los diseños de los mismos, las necesidades de apoyo, la prevalencia del “problema”, la comorbilidad que genera, así como el aval de otros profesionales especializados que justifiquen la necesidad. Como lo importante es construir los procesos, esto es, el “QUÉ” y no el “QUIÉN”, sería fundamental priorizar cuestiones de impacto en salud, de innovación en procesos y de avance profesional, en lugar de permitir que “lobbies” y cortejos, tomen decisiones basadas únicamente en intereses espurios, falsas acusaciones, manipulaciones estructuradas, o la fatigosa lucha por mantenerse en el “estatus social” del sistema.

A quienes toca vivir estos infortunios quedan “aislados” mientras el tiempo va trasponiendo la maleficencia de cada hecho, cada conspiración, y a sus protagonistas, y en definitiva, todo lo que impide que se lleven a cabo muchos proyectos, en este caso, y otros más.

Es el tiempo al trascurrir, lo que resitúa la verdad, clarifica la “crítica”, la sordidez del asunto y lo protervo que resulta anular personas e invalidar procesos de mejora, ello simplemente es, irresponsable, poco ético, tendencioso y, en su conjunto, inadmisible.


jueves, 14 de octubre de 2021

La salud que viene

 

Tiempos difíciles para los proyectos, el progreso, la economía, la ciencia, para los profesionales y disciplinas en crecimiento o expansión, y en definitiva para la salud y el bienestar. También para las enfermeras, a quienes intento visibilizar y posicionar, dentro del marco sanitario, el contexto social, y a propósito de la demanda y las necesidades actuales en salud, que no son pocas. Bien segura, deseo aclarar, que esta inquietud también altruista, no se corresponde con un capricho personal o deseo sin fundamento, tampoco fruto de una llamada divina, endiosamiento periódico, o alucinaciones intermitentes, pues la cuestión aludida no es baladí, se trata definitivamente de defender y apoyar el derecho a la salud, a los mejores recursos disponibles, los más adecuados y mejor organizados.

Este empeño responde al contexto actual y como aspecto inherente a nuestra profesión, una cuestión de profesionalidad o profesionalismo, como prefieran, sostenido en la responsabilidad fundamental de conservar la vida, aliviar el sufrimiento y fomentar la salud. En este sentido nuestra posición estratégica en la atención y relación con la comunidad nos permite identificar las necesidades no solo de los individuos, ciudadanos o pacientes, sino de la población en general. Analizar las situaciones, identificar los problemas y avistar soluciones que den cobertura y garantía de atención incluso anticipándonos, es inherente a nuestra forma de entender y ofrecer servicio a los pacientes y la comunidad.

Quizás en nuestra Comunidad Autonómica resulta difícil distinguir nuestra entrega, compromiso y profesionalidad con la salud, pues la principal referencia sanitaria converge y gira en torno a nuestro hospital de referencia y sus características, una visión concentrada, reduccionista, a veces centrífuga, sobre el compendio SALUD, cerrando puertas al reconocimiento de “salud comunitaria” y a la atención primaria. Y es que, aunque nuestro “patrimonio”, nuestro hospital, es un hospital moderno, de reciente reconstrucción e inversión tecnológica, conserva un modelo aún tradicional y jerárquico en las formas de gestionar y organizar la funcionalidad asistencial, no permitiendo la formalización de equipos interdisciplinares, la integración plena del liderazgo enfermera en los procesos, ni el desarrollo definitivo de su potencial. Estas cuestiones unidas a las barreras “hegemónicas” impuestas, impiden la participación plena como “socio”, el reconocimiento interno, y el avance profesional homogéneo. Un coste muy alto, (si, también económico) de impacto negativo para la profesión y la salud de nuestra comunidad.

Sin embargo, el clamor internacional desde la perspectiva de salud global, salud pública, o seguridad del paciente, en pandemias, catástrofes y emergencias sanitarias reclama mayor inversión y dotación para fortalecer el papel de las enfermeras y apoyar su desarrollo. Esta misma semana, el profesor experto en Salud Pública y Director del Instituto de Equidad en Salud del Colegio Universitario de Londres ha intervenido en el Royal College of Nursing, el organismo profesional de enfermería más grande del mundo, declarando la necesidad de enfermeras y su apoyo, para resolver los problemas en SALUD, reforzando declaraciones de otros líderes referentes de prestigio en Salud Global, Derechos Humanos y Derecho Internacional.

La pandemia ha determinado y amplificado las desigualdades subyacentes en la sociedad y en ese sentido la recuperación será más difícil si no centramos los recursos necesarios en abordarlas con las mismas oportunidades para todos. Actuar en ese sentido implica poner la salud en el centro de una reconstrucción más justa, reconociendo el papel crucial que desempeñan las enfermeras en la comunidad, no solo en el plano clínico asistencial, sino también en las relaciones que establece con el individuo imponiendo el cambio de paradigma para que la persona sea, de hecho, el centro del sistema y de los cuidados, orientando la gestión de los centros hacia una visión de cuidados propias de la Enfermería, favoreciendo la continuidad asistencial entre los diferentes niveles, potenciando la autonomía y toma de decisiones a través de la gestión de casos y otros modelos de práctica avanzada, y sosteniendo la orientación integral de los cuidados profesionales que permite ver al individuo en su contexto, y no como una enfermedad puntual y orgánica. Puede parecer complejo, pero sería fácil si nos dejaran hacer.

Sir Michael Marmot infiere que la equidad en salud y bienestar, como eje central de una reconstrucción post pandémica más justa, significa reconocer en primer lugar el papel crucial que juegan las enfermeras en la sociedad, “las enfermeras deben ser tratadas con dignidad por las personas en el poder y comienza con pagar a las personas adecuadamente y brindarles contratos adecuados y oportunidades de avance profesional”, dixit.

Dicho esto, y lo anteriormente expuesto, nuestra responsabilidad consistirá en promover cambios que aumenten la eficiencia de nuestro sistema elevando los argumentos científicos, datos y diálogo, para que además de una accesible red de hospitales, atención urgente o puntual, observación y diagnóstico de una enfermedad, o tratamiento y terapia, quirúrgico y/o farmacológico, demos respuestas a problemas de salud, cronicidad, desigualdad, calidad de vida y bienestar.



lunes, 19 de julio de 2021

DISCULPE QUE INSISTA

La actual crisis sanitaria ha puesto en la mente de todos la contribución vital de las enfermeras para combatir el virus, aún en plena quinta ola siguen luchando, y ahora gestionando el proceso tan complejo de la estrategia de vacunación y llevándola a efecto para llegar pronto a toda la población. No hay duda de que han sido protagonistas en las noticias y en las redes sociales, destacando su papel esencial, eso es necesario pero no suficiente, ni justo, seguimos sin estar en los espacios necesarios.

Recientemente, asistí a un foro interautonómico, en el marco de los cursos de verano de la UIMP. Derecho y Gestión Sanitaria unidos por el conocimiento, las buenas prácticas, la reflexión y el debate sobre la protección jurídica del paciente en el contexto de nuestro sistema sanitario, y dirigido a profesionales sanitarios y jurídicos. En él se abordaron los retos que ha generado esta “sindemia” (me atrevo a decir) sobre aspectos como el control judicial de la pandemia y las medidas tomadas, la salud digital, la apuesta de un posible Espacio Europeo de Salud, la estrategia de vacunación, la atención integrada y las interesantísimas cuestiones ético-legales suscitadas durante la pandemia, y también, el papel de la profesión médica.

 “Bases para el rediseño de un sistema sanitario postpandémico” un titular de expectación, que anunciaba dos cuestiones, “un debate honesto” y una “perspectiva deliberadamente interdisciplinar”. En los cinco días de programa, no hubo representación, ni participación enfermera en las distintas mesas redondas, lo cual me obliga a detenerme en el sempiterno posicionamiento al respecto de la participación enfermera en los foros de debate y toma de decisiones. Y es que aunque mi colectivo fue referenciado varias veces, lo fue desde la perspectiva funcional, “poner vacunas” o cómo gestionar la escasez de enfermeras inventando fórmulas a costa de “terrenos conquistados”, no hubo ponente que pudiera aproximar la realidad vivida, los problemas a los que nos enfrentamos, los que se han duplicado, o cuáles son nuestras propuestas de futuro para reconstruir el inmediato. 

En este sentido, no cuestionaré la voluntad organizativa o el interés en descartar nuestra óptica, pero si me mantendré firme en que la participación y representatividad enfermera es necesaria a todos los efectos para repensar, rediseñar y reconstruir un sistema de salud del que sin duda somos socios de pleno derecho. Es por ello, que me reafirmo y sostengo que el debate es incompleto y sesgado y mucho menos honesto para la sociedad y el propio sistema. Desde mi responsabilidad profesional, me corresponde esclarecer este tipo de cuestiones para no alimentar, ni mantener la confusión sobre la imagen y el constructo social de las enfermeras.

Actualmente, nuestro futuro está comprometido, faltan enfermeras, décadas de gestión ineficiente y desinversión en plantillas acucian ahora esa falta traducida en plantillas reducidas que ponen en peligro no solo la atención ya deficitaria, también la seguridad clínica del paciente. Hace más de diez años que hay evidencia científica sobre la relación significativa entre el número de pacientes por enfermera con el riesgo de que ocurran eventos adversos, reingresos y mortalidad de pacientes. Por ejemplo, por cada paciente adicional que cuidar la probabilidad de fallecimiento aumenta un 7%. Indicadores como los fundamentos enfermeros de calidad, el liderazgo, la gestión de enfermería, el entorno laboral, la relación médico-enfermera y la participación de las enfermeras en comités y en la toma de decisiones institucionales son pésimos como Grecia y Polonia que comparte esta pobre valoración, mientras que Suiza, Inglaterra e Irlanda son países que disfrutan de mejores indicadores. Esto traduce una situación precaria a la que sumar las malas condiciones laborales, no solo de contratación y provisión, también de barreras, privación de oportunidades, y dificultades para transmitir necesidades y aportar nuestras propuestas para diseño de estrategias y políticas. Recuerden que no somos, “presuntos implicados”, somos colaboradores directos, comprometidos y responsables directos en la relación con el paciente y la atención, con el ciudadano y el sistema, o...¿quién puede conocer mejor, dicho binomio, necesidad-respuesta?, ¿quién puede mejor organizar una vacunación?, ¿organizar un quirófano?, ¿calcular los espacios necesarios para una unidad nueva?, ¿optimizar los recursos?, ¿diseñar estrategias de promoción de la salud?, ¿necesidades en el domicilio?, ¿conectar la atención multiprofesional, o la innovación sobre material, procesos, dispositivos, planes, sistemas de información, metodologías y planificación?, sí, enfermeras, pero sin autoría.

Pero es tiempo de dejar de justificar, enfrentando “quinta ola”, es tiempo de exigir explicaciones y acabar con la ilógica razón que admite y permite nuestra ausencia. No lo dude, no hay sistema sostenible desde una sola óptica. Privar a la fuerza sanitaria más numerosa de la autoría de su conocimiento aplicado y de la obstaculización sistemática es contraproducente para la recuperación sanitaria, económica y social, nuestra visión disciplinar contribuye a garantizar y proporcionar el derecho a la salud. Piénsenlo, y disculpen que insista.



viernes, 16 de julio de 2021

EL ARTE DE RESPIRAR

Echo de menos “respirar”. 

Creía, que respirar era automáticamente algo no planeado y a lo que no tener que recurrir salvo cuando el latido aprieta.

Respirar comienza con un llanto a la vida y continúa en un juego de contención, un reto a escondidas o una reconvertida…exhalación. En la infancia, es parte de nuestros juegos medimos la potencial capacidad, aguantamos y soltamos en un apuro por perder, o en una risa compartida e inocente.

Respirar puede ser una actuación, un concierto que dirigir, protagonizar, o ambas, en cualquier ámbito, con silencios conscientes o con estruendos ajenos, respirar alegre y suelto, o comprometido y forzado. 

Respirar también, en soledad. Me respiro y ausento para ti.

Respirar puede ser un alivio a través de una tímida bocanada de aire y un sentido placer de nostalgia.

Respirar puede ser una buena noticia…esperada o intuida.  

Respirar por otro, es compartir su pena, su desgracia…o agonía. ¿Quién respira por mí?, quizás suspires.

Respirar por los demás, en paz, solidaridad y con sentido.

Respirar, aspirándonos el alma, y sentir cómo fricciona el aire al entrar y expande lo inhabitual, aspirar el alma de alguien como quien se impregna de atmósfera y diferentes aerosoles.

Nos cuesta respirar, cuando la circunstancia ahoga y no revierte, se vuelve un nudo y ahoga.

Cuesta respirar cuando enrevesadamente, atrapamos aire, se forma una bola y se incrusta sin rodar. Cuesta respirar…cuando la dicha es descomunal y el aire entra en nuestro pecho a raudales. 

Respirar para poder vivir, vivir respirando bajo control consciente por amor a la vida y a los demás, y a ti mismo...

Tuve ocasión por circunstancias extemporáneas y condiciones sine qua non y sine die, de compartir con pacientes afectados por EPOC. Cuidados especiales a través de pruebas funcionales, educación sanitaria e intervenciones en el cuidado y mantenimiento de la salud, una etapa con dos caras, una constructiva y reparadora, sin duda un alivio reconstituyente al lado de pacientes, y otra que pospongo para mejor espacio y ocasión.

Fue un periodo de aprendizaje, en la actualización de conocimiento y habilidades para ofrecer lo mejor. Fue reconstituyente retomar la relación terapéutica desde la experiencia de tanto tiempo de aprendizaje, y supongo la emotividad y el convencimiento de que las personas necesitan ser escuchadas con rigor clínico y con empatía natural.

Conocer la enfermedad, el proceso patológico, las vivencias y poder transformarlo no en una consulta convencional, sino algo más personalizado, fue un trabajo de ajuste personalizado y a la medida de las necesidades de cada paciente. Fue realmente satisfactorio contribuir a la mejora y bienestar, como así lo referían. 

Reconstruir el proceso y explicar la degeneración, los propósitos de mantenimiento y los “cómos” ayudados por la enseñanza de ejercicios, herramientas y dispositivos fue un proceso estimulante y creativo en el que los pacientes tuvieron oportunidad de ser parte del proceso, conscientes de su enfermedad y testigos-control de su evolución y progreso. 

Respirar ante la dificultad se convierte en una recomendación preventiva, terapéutica y recuperadora para momentos tensos, para circunstancias precarias o cuando el daño físico es enfermedad.

Ahora que pasó un tiempo, echo de menos respirar como cuando tuve que aprender entonces, una respiración plena, de vaciado y llenado, de lento y sigiloso, de suave y consciente, de apertura y de…paz.

Es cierto que no todo fue armonioso, te cortan la respiración cuando adláteres interrumpen tu consulta para intentar soliviantarte y dejes de respirar, porque descubren que tu respiración es pausa limpia y acorde, y porque disfrutas “respirando” tu airoso trabajo, mientras su respiración…es tórpida y turbulenta, ineficaz e impura.

Aprendí a respirar por ellos, aprendí a respirar para ellos, aprendí a respirar con ellos…

Aprendí, con todos y cada uno de ellos, aprendí con sus familias y…mucho de sus entornos. 

Pero tú, tu no me robes el arte de respirar...elegiste simplemente aspirar, aire, aire que te permitiera continuar vivo, vivo sin respirar. 







lunes, 17 de mayo de 2021

NURSING NOW, CUESTIÓN DE SALUD. TRIBUNA DE OPINIÓN, DIARIO MONTAÑÉS

 

Para quienes no hayan tenido oportunidad de conocer Nursing Now, ésta, es una Campaña Internacional promovida por el Consejo Internacional de Enfermería y respaldada por la OMS para promover el protagonismo y liderazgo en salud de las enfermeras en el mundo. Sin su contribución los retos en Salud Global no son viables, y aún en 2021, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 quedan pendientes de resolver junto con el escenario que deja la covid19 después de casi año y medio. Sumemos a estos factores otras condiciones como el envejecimiento poblacional y el incremento de las enfermedades crónicas, población más anciana, más frágil y vulnerable, con más necesidades de cuidados y atención, sistemas de salud basados en el modelo tradicional, paternalista y claramente reduccionista para el conocimiento actual que se tiene sobre la salud.

Dicho así, el objetivo de la campaña pudiera parecer y acaso resultar ambicioso e inalcanzable, una quimera, como pensaría algún sector concreto…, aunque deseable, pensando en términos de sostenibilidad y economía de la salud. De ahí los esfuerzos de la OMS en transmitir a los distintos gobiernos de la alianza de Naciones Unidas por la Salud, el apoyo expreso en las últimas asambleas y acciones concretas como la propuesta de asignar el año 2020 como “Año Internacional de las Enfermeras y Matronas” en la 72ª Asamblea Mundial de la Salud. Una declaración unánime por parte de todos los estados miembros, en reconocimiento a la labor y aportación enfermera a la salud. De esta manera por primera vez en la historia se reconoce y rinde homenaje a la importantísima contribución que llevan a cabo diariamente las enfermeras a través de su trabajo en el ámbito asistencial, en la investigación, en la docencia, y en la gestión.

La Campaña Nursing Now se inició a mediados del 2018 para extenderse por todos los países del mundo, incluida España y nuestra comunidad también. Se ha trabajado en sensibilizar a las enfermeras potenciando su liderazgo en salud desde cualquiera de los ámbitos y arengando a los gobiernos a contar con ellas para lograr sus objetivos en salud y a los empleadores para corregir los déficits en dotación, y mejorar las condiciones laborales. Una verdadera apuesta internacional co-liderada por Lord Nigel Crisp, experto mundial en Salud Pública y ex director general del National Health Service, que intenta asegurar que las enfermeras tengan una voz más prominente en la formulación de políticas de salud, abogando por más presencia en posiciones de liderazgo e invirtiendo en investigación para ayudar a determinar dónde las enfermeras pueden tener el mayor impacto e implementar las mejores prácticas basadas en evidencia científica.

Mejorar su desarrollo y formación, disminuir las barreras para su desempeño garantizando la autonomía profesional son también otras cuestiones para lograr contener y contrarrestar un factor de alto impacto, el déficit de enfermeras.  La escasa promoción de esta profesión, las condiciones laborales, las pocas o nulas oportunidades de desarrollo profesional, de participación en el sistema, comités, etc… el abandono precoz y una próxima alta tasa de jubilación generan un temido disbalance del que no todos los gobiernos son conscientes.

Nuestras intervenciones desde la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el cuidado y atención en los procesos agudos, o enfermedades crónicas, en la recuperación y rehabilitación sirven para mejorar la calidad de vida, aportan salud, mejoran las economías y contribuyen a un mejor nivel de vida.

La covid19 ha visibilizado nuestro perfil más humano, también el profesional, y sobre todo nuestro compromiso e interés por la salud.

La Campaña finaliza este mayo de 2021, pero el legado de Nursing Now debe continuar a través de los desafíos que se nos han planteado. Solo a través del diálogo y el respaldo político seremos capaces de apoyar en el alcance de los objetivos en salud global, con nuestra contribución, no solo la del trabajo diario, también a través de nuestras propuestas e ideas basadas en la experiencia, el conocimiento, en nuestra investigación, y en el conocimiento profundo de las necesidades de los pacientes, familias y ciudadanía en general.

Necesitamos que los Cuidados profesionales, formen parte necesaria del diálogo político, que sean tenidos en cuenta en la agenda de participación, en la construcción de sociedades más dignas y más saludables, que nuestra contribución sume y aporte desarrollo y prosperidad a nuestra ciudadanía, tomando las mejores decisiones al respecto. Necesitamos resolver problemas de salud a los ciudadanos y a la población en general...porque el cuidado, emana de la condición humana y del vivir, y se conjuga con el derecho a la salud y el cuidado profesional sostenido en el artículo 43 de la Constitución, y a través de los sistemas de salud, y un sistema de salud definitivamente, no se construye con una única mirada, un único enfoque, un sistema de salud se construye con todas las partes.

Publicado el domingo 16 de mayo 2021


sábado, 15 de mayo de 2021

CONMEMORACIÓN DIE 2021. INTERVENCIÓN NURSING NOW CANTABRIA. PARLAMENTO DE CANTABRIA

 

Buenos días:

Presidente de Parlamento, consejero, portavoces, autoridades, directores, representantes de entidades y organizaciones, amigos y compañeros.

Hoy es un día de celebración para todas las enfermeras del mundo y por ello Felicidades en especial a todas las enfermeras de nuestra comunidad, por su tesón, lucha y entrega en estos últimos meses.

Gracias, por permitir y hacer posible este acto de celebración, en este entorno tan representativo para todos y ayudarnos a generar más impacto y visibilidad en nuestra sociedad y entre nuestros representantes políticos y de gobierno. Gracias también por el compromiso mostrado con la Declaración de todos los representantes portavoces, pues constituye un reconocimiento válido, expreso, muy importante, y que, desde hace tiempo, se necesitaba.

Nursing Now es una campaña mundial respaldada por la OMS ante su reto de alcanzar la Salud Global y tras el análisis y conclusiones del publicado “Informe Triple Impacto”. Dicho informe concluye que las intervenciones enfermeras mejoran la salud de la población, mejoran las economías y la igualdad de género, de ahí triple impacto y añade que la escasez de enfermeras a nivel mundial es alarmante y también la distribución tan heterogénea que sufren los distintos países, no solo los de rentas bajas, también en los países desarrollados. Reino Unido por ejemplo, acoge profesionales de todo el mundo desde hace años y España tiene una de las ratios más bajas por población respecto a los países de la OCDE.

Definitivamente, esta campaña propone una mayor inversión en la mejora de la educación, del desarrollo, de las regulaciones profesionales y de las condiciones laborales de las enfermeras. mayor y mejor difusión de la práctica eficaz e innovadora en enfermería. mayor influencia de las enfermeras y matronas en la política de salud mundial y nacional, garantizando que participen en la toma de decisiones. Más enfermeras en puestos de liderazgo y más oportunidades de desarrollo en todos los niveles. Y por último, más evidencia para los encargados de formular políticas y tomar decisiones sobre: ​​dónde la enfermería puede tener el mayor impacto y QUË impide que las enfermeras alcancen su máximo potencial y cómo abordar estos obstáculos.

Hemos renunciado a muchas cuestiones, y en este año pandémico muchas  han sido visibilizadas por toda la población. Durante este tiempo, hemos renunciado a cuestiones de sentido práctico, laborales y personales; Renunciamos también al intercambio, al diálogo con los distintos ámbitos y sectores de la sociedad, de la esfera docente, de la investigadora, de la gestión y por supuesto con representantes políticos. La COVID19 lo ocupaba todo y aun así, desde su lanzamiento hemos llegado a tener presencia en 126 países con más de 700 grupos en todo el mundo activos para elevar el estatus y el perfil de las enfermeras, España y en concreto Cantabria, también forman parte de este movimiento. Y esta misma semana nos hemos reunido todos los grupos autonómicos y locales con los responsables nacionales e internacionales para mostrar el avance de la campaña y planificar los siguientes pasos.

Ahora ya en este año 2021, la celebración de nuestro Día Internacional, refleja la trascendencia por un lado del impacto que hemos vivido todos, y las enfermeras desde una doble perspectiva, la común a los demás, y la perspectiva profesional, la directa y cercana, más humana, pero sobre todo el cómo nos ha afectado. Y por otro lado, que somos más conscientes de que la sociedad nos necesita, que somos la mayor fuerza laboral de que disponen los sistemas de salud y que nuestra contribución mejora la salud de las personas en cualquiera de los niveles de atención, desde la calidad, el acceso, los costes de los tratamientos, la reducción de la morbilidad y mortalidad de los pacientes, favoreciendo la autonomía y la funcionalidad, y también desde los hogares.

Dejando aparte, si es que se pudiera, la pandemia que nos ocupa, el aumento de esperanza de vida, de las comorbilidades, la dependencia, la cronicidad desde la infancia hasta el envejecimiento, la salud mental…son consustanciales al trabajo de un colectivo que ya ha demostrado disponer de estrategias, competencias, capacidad y coraje para asumir su papel con pleno desarrollo y sin embargo aún, con barreras. Todo esto para contextualizar que nuestros argumentos no son deseos, son necesidades y evidencias que muestran la garantía de una profesión comprometida, confiable y preparada para asumir nuestros retos, los de nuestro entorno.

En primer lugar, esto requeriría la eliminación sistemática de barreras y el cambio de mentalidad correspondiente. Esto es muy difícil y sólo puede lograrse con un liderazgo de alto nivel vinculado a medidas prácticas adoptadas a nivel local. Trabajar con nuestros colaboradores, ayudar a que esto ocurra, e iniciar un proceso para hacerlo.

En segundo lugar, el liderazgo político es importante para que esto suceda. Invertir en programas de liderazgo que ayuden a las enfermeras a participar en la elaboración de políticas, en el diseño de los servicios y en el liderazgo de la organización.

En tercer lugar, una mejor forma de compartir y aprender de las buenas prácticas y de la investigación de nivel local, nacional y global. Necesitamos trasladar el conocimiento no solo a la práctica clínica, también a la toma de decisiones sobre cómo dar respuestas a necesidades, cambios de modelo o incluso resolver ineficiencias.

Por último, decir que son pocos los foros donde las enfermeras se reúnen como iguales con políticos y gestores de alto nivel para proponer y debatir cuestiones sobre mejoras, intervenciones, o roles profesionales sustentadas con evidencia sobre el beneficio que aportan. Hoy es uno de esos días y queremos aprovechar para motivar a todos ustedes con nuestro mensaje:

Un mensaje corto, claro y conciso: invertir en enfermería, en enfermeras es mejorar la atención sanitaria para todos los ciudadanos, del derecho a la salud, al derecho al cuidado profesional, esto es, invertir en salud.

Gracias por escucharnos, necesitamos todo su apoyo y compromiso, y si éste se da, todos saldremos reforzados.

Muchas gracias




viernes, 23 de abril de 2021

INTERVENCIÓN EN ACTO DE ENTREGA PREMIO MEJOR PROYECTO EN CONVOCATORIA NACIONAL PROYECTOS INVESTIGACIÓN "ENFERMERÍA VALDECILLA"

 

Buenas tardes

En primer lugar agradecer a los responsables de organización, a los comités, y a la dirección por seguir manteniendo estas Jornadas con la impronta para la que fueron creadas, impulsar el desarrollo profesional para mejorar a su vez la atención y calidad de este nuestro hospital.

Gracias también al Instituto de Investigación, Idival por esta Vigésima Segunda Convocatoria correspondiente al año 2020, año de Covid y “Año Internacional de las Enfermeras y Matronas”, un año que prometía ser de protagonismo enfermero tras el reconocimiento por la OMS, e impulsado por el Consejo Internacional de Enfermería, a través de la Campaña Internacional Nursing Now y de la que soy responsable para esta Comunidad.

Por tanto, ganar el “Mejor proyecto a desarrollar en Valdecilla” en esta convocatoria 2020 tiene para mí una doble gratificación y reporte.

Gracias a la Fundación Caja Cantabria, a Juan Muñiz, una vez más por su incondicional apoyo y acompañamiento en el progreso profesional y ayuda a la investigación enfermera.

Gracias a las autoridades y representantes por acompañarnos y significar el Acto de Entrega.

Gracias a mi equipo investigador “por dejarse”.

Gracias a los que me habéis acompañado en estos últimos tiempos, a los que me habéis embarcado en “historias”, a los que me habéis escuchado todos los días, Celia, Hermanas Canarias, a Punyaled… y a los míos, mi familia y…también a los otros.

Hace justamente un año, tal día como hoy, con síntomas COVID y también con mucha incertidumbre personal y profesional daba vueltas a una más de mis inquietudes profesionales y también a alguna aspiración de mayor alcance, en relación con la investigación. Y es que fruto de una experiencia asistencial y de aprendizaje en tabaquismo, me surgieron muchas preguntas.

Creo que es muy interesante que hoy en esta Jornada y precisamente en esta Convocatoria, ambos premios pongan el foco, de una manera más directa o indirecta, en dos pandemias como fondo, por un lado aspectos, intervenciones de cuidados sobre pacientes sometidos a ventilación mecánica y que todos identificamos ahora con el Covid19, a propósito de los medios de comunicación, y el análisis de aspectos más profundo sobre los factores y condicionantes en tabaquismo, ambas…pandemias con consecuencias devastadoras sanitarias, sociales, económicas y también ambientales, como en el caso del tabaco no solo por el consumo sino también por la exposición al mismo.

En el mundo unos 1000 millones, una séptima parte de la humanidad son fumadores. En España algo menos de 10 millones y en nuestra Comunidad, alrededor de 100.000.

Cuando ayudamos, tomamos medidas e investigamos en tabaquismo, estamos contribuyendo a frenar otra epidemia que no genera titulares en prensa y en televisión pero que causa más de 8 millones de muertes, 7 se deben al consumo directo de tabaco y aproximadamente 1,2 millones al humo al que están expuestos los no fumadores. En España, mueren unos 55.000 y en nuestra Comunidad, es responsable de la muerte de dos personas cada día.

Hasta la mitad de los fumadores acabarán falleciendo por una causa relacionada con el tabaco y también es cierto que la mortalidad por sí sola no ofrece una imagen completa de la carga de morbilidad que genera el tabaquismo causando enfermedad invalidante, restando calidad de vida, aumentando la discapacidad, y repercutiendo en otros ámbitos por los años de vida con discapacidad, o años de vida perdidos por muerte prematura. Cuando ayudamos a un paciente a dejar de fumar, estamos añadiendo salud, años y calidad de vida, estamos restando morbilidad y riesgo de mortalidad por esta causa.

No es motivo de este estudio, pero en tabaquismo siempre hablamos de impacto a nivel global y no solo en Salud, también en progreso y desarrollo de las economías por el impacto que en ellas tiene la pérdida de productividad y costes sanitarios en tratamientos e invalideces, nuestro sistema sanitario también se resiente en ese sentido y como todos sabemos, nuestras urgencias atienden un porcentaje muy alto de enfermedad relacionada con el consumo o exposición al tabaco.

De hecho podríamos hablar de 'sindemias' como refieren ya los expertos pues en el primer caso, el virus no discrimina en el contagio, las desigualdades sí, incrementan el nivel de exposición al contagio, las limitaciones para protegerse, y también el pronóstico. Y como en el caso del tabaquismo, esta “epidemia” prolongada y silente, sabemos que los factores determinantes de salud requieren un abordaje especial y definitivo para no aumentar la inequidad que ya en sí mismo, provoca el consumo de tabaco. Y además en este caso, son concurrentes.

Un creciente cuerpo de literatura confirma que los determinantes sociales , o las condiciones en las que nacemos, vivimos, trabajamos y jugamos, son los impulsores clave de estos resultados de salud e inequidades. Sabemos que el consumo de tabaco es uno de los principales contribuyentes a las desigualdades en salud en general y que las políticas de control que reducen la prevalencia del consumo, no necesariamente reducen las desigualdades, de hecho, puede empeorarlas. En ese sentido, diversos estudios muestran que actualmente las tasas de abandono del consumo de taba co son más altas en los grupos socioeconómicos más favorecidos.

Por tanto, para considerarlas eficaces deberíamos conocer el impacto en desigualdades y diseñar políticas y estrategias adecuadas para sectores o grupos sociales afectados por causas, o por algunos de los determinantes en salud.

En esa línea partimos de la siguiente hipótesis para estudiar a una población concreta atendida en la UDESTA...



miércoles, 21 de abril de 2021

VOSOTROS SEGUID CON ESO DEL CUIDADO. TRIBUNA DE OPINIÓN, DIARIO MONTAÑÉS

 

“VOSOTROS SEGUID CON ESO DEL CUIDADO”

Hace apenas tres años y a propósito de un foro que reunía a gestores de organizaciones, áreas integradas de salud, etc…y donde también se dio voz al paciente, éstos, los pacientes, exigieron una mayor participación de las enfermeras en los procesos clínicos y asistenciales, tanto desde el control y seguimiento de los planes terapéuticos, como sobre la educación sanitaria y el proceso en general. Se solicitaba más y mejor accesibilidad a los servicios socio-sanitarios y más autonomía para aumentar la capacidad resolutiva de sus problemas. Plantearon que de una manera global y homogénea las enfermeras estuvieran formadas en práctica clínica avanzada (EPA) y actualizadas en los últimos avances y desarrollos científicos. En este punto enfatizaron en concreto respecto a la innovación constante y los soportes tecnológicos más avanzados para el autocontrol de ciertas patologías en las que la inversión ha sumado valor a la autonomía del paciente en el autocuidado.

En algún momento y en el mismo foro, y ante una excesiva exhibición de tecnología de vanguardia, de tecnificación de procesos, robotización y digitalización de alcance clínico, y la consiguiente fascinación (gusta mucho a los gestores y directivos este tipo de innovación sanitaria), se llegó a plantear un dilema entre los asistentes. Por un lado, un futuro de marcado protagonismo tecnológico o “maquinario”, por otro un deficiente y decreciente valor sobre el protagonismo del cuidado. Un dilema en aquel momento en el que el cuidado fue desestimado y casi despreciado. Aquella narrativa se resumió en una frase, “vosotros seguid con eso del cuidado…”, y en clara alusión a considerar éste, como un “asunto” de baja interés o valor, o fuera de toda consideración futura dadas las tendencias tecnológicas que se estaban planteando.

Sin embargo, no solo los pacientes expertos exigen y eligen tomar partido por las enfermeras como gestoras de sus procesos y autocuidado, el propio contexto poblacional y el déficit de enfermeras sugiere ponernos alerta y actuar con prontitud ante la tremenda situación no solo a nivel local o nacional sino a nivel mundial. En España concretamente llevamos décadas arrastrando esta insuficiencia, ya en el 2010 la ratio de enfermera por cada 1.000 habitantes se situaba a la cola de los países de la OCDE, siendo bastante inferior a la media, y se planteaba la necesidad de adecuar la oferta de formación y la demanda. Diez años después se ratifican estas disparidades frente a países europeos (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE) siendo la ratio enfermera de 5,3 por cada 1000 habitantes, frente al 8,8 de la media europea, es decir, el cuarto lugar por la cola y solo por delante de Bulgaria, Letonia, Chipre y Grecia, y detrás de países como Eslovenia, Hungría y Portugal que con economías más pobres, cuentan con un mayor número de enfermeras/os para atender mejor a su población. Visto de otro modo 532 enfermeras por cada 100.000 habitantes frente a 852 de la media europea y según el informe World Health Statiscis 2018, publicado por la OMS.

En España, la esperanza de vida hasta el momento de Covid, había aumentado a 83,24 años, para ambos sexos. Según la última proyección del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud, de la Universidad de Washington, en el 2040 los españoles llegarán a los 85,8 años de edad media, casi tres años por encima del promedio actual. Esta realidad demográfica junto con la prevalencia actual y la que se proyecta con el envejecimiento progresivo y enfermedades como el Alzheimer, las enfermedades cardio-vasculares, la EPOC, cáncer…y otros indicadores de salud (tabaquismo, obesidad, consumo de alcohol, drogas…) apuntan hacia la necesidad de primar sobre el cuidado y atención a estas poblaciones. Una atención excelente y específica que requerirá, no precisamente inversión en tecnología, aparatos diagnósticos, técnicas quirúrgicas…sino un replanteamiento de la atención basada en un modelo centrado en la persona y su entorno, resolviendo problemas de salud y mejorando la calidad de vida. Necesitamos enfermeras para garantizar la sostenibilidad de este modelo y para ello compensar el número de enfermeras necesarias, mejorar la formación, el desarrollo profesional, las normas, la regulación y las condiciones de empleo.

Cantabria no difiere en exceso de esta proyección ni en estado de salud con sus indicadores, ni en la necesidad de profesionales y adecuación de ratios. La ratio en Cantabria es de 5,96 y la tasa de reposición se estima en 1340 enfermeras (2019 Satse).

Me pregunto si aquel mismo foro, con las mismas personas fascinadas por la tecnología, aplaudiendo la invisibilización y supresión del cuidado mediante robots, y alentando al progreso tecnológico frente al factor humano y la condena expresa a su desaparición, hoy, febrero de 2021, aún con cifras desquiciantes, pensaría lo mismo acerca del protagonismo de las enfermeras, su profesionalidad y la necesidad de garantizar su desarrollo profesional.

 

                                       

Publicado el 23 de febrero de 2021